domingo, 11 de junio de 2017

LAS PIEDRAS ARTIFICIALES INKAS-ARI-KAT EN PERÚ- 3 Parte

Los Inkas construyeron monumentales muros con enormes bloques de piedra que llegan a pesar hasta 140 toneladas. Se argumenta que cortaron esos bloques en lejanas canteras y que luego de cortarlos en formas y tamaños muy diversos -sin nunca pensar que era más fácil regularizarlos para luego ensamblarlos entre sí- los empujaron y los halaron hasta los lugares donde construían sus templos y palacios. Toda esta increíble hazaña sin usar ruedas, poleas, cuerdas resistentes o rampas, atravesando con ellos ríos y empujándolos montaña arriba por las empinadas laderas de la altísima cordillera de los Andes.

Y como si eso no fuera suficiente, lograron ensamblar entre sí todas esas enormes y desiguales piedras con tanta precisión que no se puede introducir la hoja de una cuchilla de afeitar en ninguna de los miles de juntas que se encuentran entre los bloques de sus ciclópeos muros. Los que se creen ese cuento definitivamente creen en milagros!!

Una teoría que hace agua por todas partes. Revisemos algunos de los puntos que para llegar a esa absurda conclusión pasan por alto:

Muros de Cusco con encajes inverosímiles entre bloques de distintos pesos, tamaños, formas y ángulos
En Cusco cortaron la durísima Diorita en todo tipo de formas poligonales, creando bloques que tienen muchos lados inclinados en muchos ángulos distintos. Lo asombroso es que los hicieron encajar con otros bloques adyacentes totalmente distintos de una manera exacta y precisa. Pero como hicieron lo imposible posible? Para lograr que dos bloques distintos en tamaño, peso, forma, numero de lados y con ángulos distintos encajen entre sí, tendrían que trasladar de manera perfecta el ángulo que tiene el primer bloque al adyacente -sin pantógrafos, escuadras o transportadores angulares- y luego tallarlo, pulirlo, probar el encaje, corregir los imperfectos y repetir el proceso muchas veces hasta lograr que coincidan con precisión. Digamos que hacer esto con bloques irregulares de aproximadamente 20x20x20 cms, que no pesan mucho, es bastante difícil, pero hacerlo con bloques 2 mts de alto que pesan entre 3 y 4 toneladas es prácticamente imposible. Y ni hablar de como lo lograron en los monumentales bloques -ya no de Diorita sino de Caliza- que hay en Sacsayhuaman, con alturas entre 2 y 9 mts, con anchos de 1 a 6 metros y espesores entre 1 y 3 metros, que pueden pesar entre 4 y 140 toneladas, eso si que es una hazaña imposible, aún para los Dioses del Olimpo.

Aceptemos que a pesar de las dificultades antes anotadas lograron ajustar uno de los lados de uno de los enormes y pesados bloques contra el que va a quedar inmediatamente a su izquierda. El siguiente paso sería realizar el mismo ajuste contra el que va a colocarse inmediatamente a su derecha, con el que va inmediatamente debajo y con el que va inmediatamente encima. De seguro habría sido un trabajo largo, muy difícil, que requeriría cientos o miles de hombres que subieran y bajaran varías veces cada bloque, para ir tallando -por prueba y error- su ajuste con cada uno de esos bloques adyacentes. Solo alguien que no se ha puesto en el trabajo de pensar como se haría para armar un muro que es un verdadero rompecabezas, puede afirmar que los bloques fueron cortados y tallados. 


Bloques gigantescos y pesadísimos perfectamente encajados en Sacsayhuaman  


Y recordemos que como si fueran ya pocas las dificultades los arquitectos inkas decidieron darle a sus muros una ligera inclinación hacia adentro de 3 a 5 grados, para hacerlos más resistentes y resistentes a los sismos. Esto implica que debieron desbastarle esa inclinación en la base a todos los bloques de la primera hilada de cada muro -siempre los más grandes y pesados- para lograr el efecto deseado. Otra alternativa sería desbastar el frente del enorme bloque para darle a su superficie la inclinación deseada. Imaginen hacer eso con el bloque más grande del muro de Sacsayhuaman -el que pesa 140 toneladas- que necesita 4.200 hombres para moverlo y podrán entender lo absurdo de esa teoría.


Juntas perfectas entre bloques de formas muy distintas en Sacsayhuaman, solo posibles con piedra artificial 


Una explicación más lógica es que en Sacsayhuaman los masivos bloques son de piedra artificial hecha con concreto de caliza apisonado dentro de un molde y que fundían esos bloques alternados en forma de damero. Vaciaban concreto en dos moldes independientes de madera con planchas de cobre, dejando el espacio vacío para un bloque futuro entre ellos. Los dejaban secar hasta que el material adquiriera la consistencia de la plastilina y les retiraban la formaleta que sirvió para darles forma. 

Le colocaban planchas de cobre en el espacio vacío entre los dos bloques recién fundidos por detrás y por delante, sellaban las planchas contra los bloques con arcilla para que el material que contendrían no se escapara, creando un contenedor al que le vaciaban concreto de caliza. Al apisonarlo de arriba hacia abajo, el material se ajustaba perfectamente contra los bloques adyacentes que seguían endureciendo, lo que creaba una junta tan perfecta entre ellos en la que no cabria la hoja de una cuchilla de afeitar. Lograban así una fuerte unión entre los tres bloques sin que importara mucho su forma, el tamaño o la inclinación de sus lados. Nunca pretendieron que los bloques fueran iguales. Podían fundir unos más grandes al lado de otros más pequeños, para más tarde fundirle otros encima. El muro resultante se comportaba como un tejido simultáneamente sólido y flexible.​

Bloques muy distintos que giraban en las esquinas igual que en el Osirión y el Templo del Valle en Egipto











Más sorprendente aún, es que además de poseer una tecnología que les permitió construir muros con enormes y pesados bloques de forma irregular que ajustaron perfectamente entre si, es que utilizaron una mezcla de ácidos vegetales que vertían sobre la roca que formaba parte integral de la montaña para darle temporalmente la consistencia plástica y maleable de la plastilina. 

Escaleras Moldeadas-Ollantaytambo
Con esa formula -hoy desaparecida- era muy fácil cortarle rebanadas para hacer curiosas escaleras de esquinas redondeadas que no llevan a ninguna parte, nichos y altares, algo que tallarlo con cinceles de bronce y martillos de Diorita tomaría años, sería imposible o no se le ocurriría a nadie realizar. La piedra se ve y se siente que fue cortada fácilmente, la técnica deja las superficies lisas, sin trazas de cinceles o de violencia alguna.

Machu Picchu, montaña de basalto ablandad y moldeada-Altares en la roca de Ollantaytambo 
Hirham Bingham -el descubridor de Machu Picchu- afirmó que los indigenas le contaron que sus antepasados ablandaron y moldearon la piedra de la montaña usando una mezcla de sustancias químicas y vegetales con una planta muy especial y difícil de encontrar que se llamaba ¨Kechuka¨, las leyendas inkas la llaman ¨Juntcha¨ y los cronistas españoles -que también confirman su existencia- ¨Puno Punco“. 

Altares, tajadas  y sillas en moldeados en piedra ablandada y luego endurecida 

No se ha re-descubierto la formula que usaron los inkas, se cree que debieron mezclar la ¨Kechuka¨ -una hierba de flores rojizas -se encuentra en Cuzco, por encima de los 5.000 metros de altura- con quinua, hojas de coca, ceniza volcánica, agua y sal, para crear un poderoso ácido vegetal que convertía duras rocas en una sustancia pastosa y moldeable. Con ella lograron ablandar piedras muy duras como andesita, granito y diorita, rocas ígneas de origen volcánico que tienen una estructura holocristalina. Seguramente la sustancia ácida vegetal podía disolver los enlaces covalentes que unen los átomos de la estructura molecular cristalina, permitiendo que temporalmente se volviera maleable. Una disolución similar de los enlaces covalentes sucede para permitir que el hielo se transforme en agua y que el agua se convierta en vapor.



Se cree que los inkas observaron que el pájaro carpintero -Colaptes Pitius, que ellos llaman Pito o Pitiwe- horadaba la durísima roca vertical de la montaña para crear sus nidos. Vieron que el pajarito mezclaba su saliva con la savia y las hojas de la ¨Kechuka¨ y la frotaba contra la roca, proceso que repetía muchas veces durante tres días. La mezcla ablandaba la roca permitiéndole picar y picar hasta horadar -en otros tres o cuatro días más- un agujero redondo que luego usaba como un nido seguro para sus huevos.


Espejos de agua en Machu Picchu-Roca de la montaña moldeada
La mayoría de los investigadores no aceptan que los inkas pudieran hacer piedra artificial, afirman que ellos no construyeron esos muros megalíticos sino que encontraron las ruinas de civilizaciones pre-inkas o pre-diluvianas y que maravillados decidieron establecerse en esos lugares y construir de manera más burda sus templos y palacios sobre ellos. Lo que encontraron les habría parecido tan extraordinario que se lo atribuyeron a divinidades que encarnaron temporalmente en la tierra. Algo similar a lo que sucedió en Jerusalem y en Baalbek con los bloques megalíticos -de más de 1.200 toneladas- que determinaron el establecimiento sobre ellos del Templo de los Judios y del más grande templo romano dedicado a Apolo en Baalbek. Esa teoría se refiere principalmente a los muros de Sacsahuayman que tienen piedras desde 4 hasta 140 toneladas, sin embargo en Cusco hay muros que se sabe fueron construidos por el Inka Pachacutec con bloques no tan pesados ni tan grandes pero hechos en durísima diorita, con formas tamaños y pesos muy distintos que sin embargo ajustan entre sí de manera perfecta. Y si lograron hacer el Korikancha porque no habrían podido hacer Sacsayhuaman y Ollantaytambo?

Me falta analizar lo que encontré en Tiawanakú, Bolivia, donde se supone surgió la civilización inka. Lo veremos en la siguiente entrega.    

No hay comentarios.: