El ser humano tiene un Espíritu eterno que observa y un Alma temporal que experimenta para comprender el orden -que genera armonía, belleza y bondad en la realidad- y la verdadera naturaleza del amor…
El Alma contiene los cuerpos temporales del Ser Humano, los que cambian en cada reencarnación:los cuerpos físico, etérico, astral y mental. Su función es encontrar comprensión al analizar los resultados que producen las decisiones que toma ante las situaciones que experimenta en la vida. Por prueba y error encuentra las certezas y la sabiduría que después de la muerte le entrega al Espíritu...
Los cuerpos etérico, astral y mental son campos de energía que oscilan a frecuencias vibratorias más altas que la del cuerpo físico, gracias a ello coexisten superpuestos en el mismo espacio, pero en distintas dimensiones…
En el etérico está el molde tridimensional que ajustó y ordenó la energía que le dió forma y sustancia al cuerpo físico. Es un molde morfogenético, un campo de energía inteligente que le dió forma y función a cada parte del cuerpo físico. Contiene los códigos genéticos, patrones inteligentes diseñados por la Divinidad para dar forma, función y conducta instintiva a todo lo que existe. Allí también están -superpuestos al oscilar a distintas frecuencias- los Meridianos, los Chacras y el Aura...
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