El Ego de los hombres es muy distinto al Ego de las mujeres, las conclusiones que obtienen difieren sustancialmente. El Ego de la mujer se centra en las emociones y en los sentimientos que con ellas construye, al filtrarlas con sus Falsas Creencias.
El Ego del hombre se centra en el intelecto y en los razonamientos que elabora basados en conocimientos sin verificar que cree verdaderos. La mujer reprime su lógica sumergiéndola en su inconsciente, mientras el hombre hace lo mismo con sus emociones.
Ambos convierten así su inconsciente en una cueva de Dragones, a donde ocultan lo que no quieren reconocer -el uno lo que no quiere sentir y el otro lo que no quiere pensar- que surge cuando la mente está desprevenida, para calcinar todo con su aliento. Salen súbitamente como un ¨Rayo Despendejador¨ que incinera lo que encuentra a su alrededor. Esa es la manera como el universo logra que ambos sexos se equilibren, que las mujeres sean más lógicas y los hombres más sensibles. Esa es la manera como todos despiertan la inteligencia de su corazón, la mezcla adecuada de sentir y saber que facilita la vida.
Además, la lógica de la mujer se mueve en círculo, dos y dos pueden dar tres, cuatro o cinco, dependiendo de los impulsos del momento o del lugar del circulo que hoy determina sus sentimientos. Osho decía que para entender a la mujer, el hombre debe escuchar lo que quiere decir, no lo que dice, porque puede significar lo contrario. En cambio la lógica del hombre se mueve en línea recta, por lo que es muy fácil de entender, dos y dos siempre son cuatro.
Dos hemisferios que pueden funcionar independiente-mente, pero que funcionan mejor cuando ambos logran activar su discernimiento sensible. Es por esta diferencia y por los aprendizajes que impulsa, que hay tantos matrimonios de Destino -parejas que no se pueden separar hasta que ambos aprendan- porque el uno es el maestro del otro y viceversa.
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