sábado, 11 de mayo de 2013

3-CONCLUSIONES: Primer Taller en Oscuridad, Arcobaque, Colombia



El silencio y la oscuridad ayudan a detener el dialogo constante de nuestra mente, a probarnos a nosotros mismos que podemos dominarla para llegar a esa deliciosa sensación que solo se produce cuando apagamos el yo y contactamos con nuestro verdadero ser. La mente en negro, porque no era en blanco por la oscuridad reinante, cae en un extraño y delicioso sopor que se prolonga por varias horas, trayendo consigo una especie de inexistencia. El ego que es el que le pone limites a nuestras experiencias y a nuestras percepciones con su sistema de creencias conservadoras, dogmas, prejuicios y supersticiones parece rendirse impotente por el estado de ser alcanzado, gracias a la energía vital que produce la Dimetiltriptamina-DMT,  seguramente la causa también de esas meditaciones tan profundas. Normalmente el ego implantado en nuestra tierna infancia por nuestros padres, la cultura, la sociedad y la religión del lugar donde nacemos, busca impedir que cualquier cosa nueva procedente del mundo sutil se manifieste. De esta manera logra mantener nuestra mente bajo control. 

Son los Eventos de Destino, las situaciones súbitas e inesperadas que cambian irremediablemente la vida que llevámos, los que arrasan y calcinan a nuestro ego y a las murallas de plomo que ha creado para mantener cercada nuestra mente, impidiendo así que llegue información de sabiduría que ponga en peligro su control. El Evento de Destino, al que yo llamo el ¨rayo despendejador¨, hace que un apego o una adicción que consideramos fundamental para ser felices desaparezca sorpresivamente, sumergiéndonos en un terrible sufrimiento, en una negra noche del alma. Es el método del universo  para impulsarnos a tomar conciencia de la esclavitud que habíamos construido. Solo así evaluamos sin mentiras nuestra vida, localizamos y trascendemos muchas falsas creencias y cambiamos muchas conductas auto destructivas. Esto obviamente produce la evolución de nuestra consciencia. Hoy encuentro que los excepcionales estados de consciencia que produce la oscuridad y el DMT, hacen el mismo trabajo sin el sufrimiento que producen los Eventos de Destino. Inducen una evaluación imparcial de nuestra vida, una toma de consciencia de los errores cometidos, de las falsas creencias que esclavizan nuestra mente, de los engaños que utiliza nuestro ego para mantenernos atados a conductas auto destructivas, a sacrificar la felicidad en el presente por la ilusión de un éxito que nunca llega. A ver claramente la ambición de posesiones, los deseos de controlar a quienes nos rodean para lograr una tranquilidad egoísta, las relaciones escondidas que nos generan sufrimiento, inseguridad, las que impiden que seamos íntegros y honestos con nuestra propia esencia, las que disfrazamos de relaciones amorosas y espirituales, cuando en realidad son apegos destructivos. Es curioso pero la oscuridad permite ver claramente.

Es distinta la experiencia de quien se sumerge en la oscuridad durante un tiempo prolongado, a la de quien nunca ha tenido el sentido de la vista. Nosotros conservábamos el recuerdo visual a la luz del día, del espacio que en ese momento habitábamos en total oscuridad. El haberlo recorrido nos aportaba además una memoria cinética. En nuestra mente existía un banco de datos multi sensorial de los muebles dispuestos en ese espacio, teníamos una gran cantidad de información previa que nos facilitó los procesos de comprensión espacial. El uso previo y simultáneo de los cinco sentidos, la relación que esa sumatoria construye en la consciencia nos daba a nosotros una tremenda ventaja. El uso del sentido del tacto más el recuerdo visual previo nos facilitaba a nosotros la comprensión de la realidad en la en que en ese momento existíamos. Muy distinta habría sido la experiencia tratando de construir esa realidad en nuestra mente partiendo de cero y utilizando solo el sentido del tacto, sin contar con la luminosidad y la volumetría que aportaban nuestros recuerdos. Ese banco de datos nos facilitaba la percepción, la creación de una realidad virtual tridimensional, nuestra interacción con ella y con los compañeros con quienes la compartíamos.

La mente se adapta a la ausencia del sentido de la vista incrementando el uso del sentido del tacto e intensificando la toma de consciencia sobre los limites y bordes que conforman el espacio y la relación que guarda nuestro invisible cuerpo con ellos, extendíamos nuestros brazos en la dirección en que nos movíamos, las manos y los dedos convertidos en órganos de percepción. El sentido auditivo se vuelve importantísimo y se agudiza para ayudar a nuestra mente a construir la realidad. El sonido de alguien que se sienta en un sofá, refuerza su localización en nuestra realidad subjetiva, el roce de una mano contra la pared antes imperceptible ahora se torna muy consciente, los ecos se vuelven importantísimos para ayudar a construir un mapa tridimensional del espacio. La oscuridad absoluta probó nuestra capacidad de adaptación, nuestra tolerancia y recursividad para vivir en ella, para conocer lo desconocido, para desarrollar nuevas capacidades, para comprender que los únicos limites que tenemos son los que establecen nuestras falsas creencias, nuestros prejuicios y nuestras supersticiones, es decir están en nuestra mente, lo que nos permite superarlos.

Nuestra alma utiliza nuestro cuerpo físico -como si fuera una nave- para mover nuestra mente a través del mundo físico. Sin ese vehículo no seríamos parte de este mundo de contrastes y no podríamos tener experiencias que generen comprensiones sobre la vida, la consciencia y el amor. Antes de nacer, nuestra alma recibió de nuestro espíritu -al que se encuentra unida por un lazo de luz- el destino, las determinantes, correspondencias y obstáculos necesarios para aprender en esta encarnación. Llevando consigo esa nueva información, descendió atravesando muchas dimensiones hasta llegar al plano etérico. Los astros estaban en la posición indicada alrededor de la tierra para influir con su energía en la formación del carácter de la personalidad que pretendíamos utilizar. Llega justo en el momento en que nuestros futuros padres hacen el amor para guiar un espermatozoide con las condiciones adecuadas para concebir un cuerpo físico del sexo escogido por nuestro espíritu para experimentar en esta nueva vida. Lograda la concepción, instala el molde morfogenético alrededor de nuestro centro vital, en su interior la columna electromagnética con los 7 vórtices que funcionarán como nuestros chacras. También instala los 14 meridianos que conforman una matriz inteligente con líneas de fuerza que anclan y guían la energía a condensarse en la sustancia material de células, tejidos, órganos y sistemas que van a conformar nuestro cuerpo físico.

Nuestro nacimiento no sucede por casualidad, es un evento preparado con mucha antelación, nuestro cuerpo material alcanza el estado de desarrollo adecuado y nuestros cuerpos etérico, emocional y mental, que ya tienen todos sus archivos activos, están listos para un encuentro maravilloso con nuestro espíritu. Cuando inspiramos o inhalamos por primera vez el aire del lugar en que nacemos, entra con el aire nuestro espíritu. Viene a instalarle a nuestra alma -en el archivo de comprensión en la zona más alta de nuestra mente-  las comprensiones acumuladas a lo largo de todas nuestras reencarnaciones anteriores. Eso es lo único que almacena nuestro espíritu, información de sabiduría, certezas sobre como actuar para obtener siempre armonía, dones, habilidades y virtudes que deja a disposición de nuestra mente para facilitar nuestros procesos y decisiones en la nueva vida. No instala ninguna de las falsas creencias, conocimientos, ignorancias y recuerdos de esas vidas pasadas, primero porque el espíritu no puede almacenar falsedad solo verdad y segundo porque solo contaminarían la nueva experiencia e impedirían a nuestra alma experimentar una vida totalmente distinta, única y original.

Cuando estábamos en la tierna infancia, nuestra alma y su procesador central de experiencias: nuestra mente, podían entrar y salir fácilmente del cuerpo físico, porque aún no nos habíamos identificado totalmente con el, no habíamos desarrollado la adicción y la necesidad de permanecer en su interior. Sin embargo el crecimiento posterior del cuerpo, hizo que enfocáramos la atención en lo físico para aprender a escuchar sus señales y a operarlo adecuadamente. Esto logra además convencernos que somos un cuerpo, nos identificamos con el, olvidando que es solo la nave que utiliza nuestra mente para desplazarse por el escenario dispuesto para nosotros. Es la herramienta que nos permite interactuar con otros seres siguiendo precisas instrucciones provenientes de nuestra mente, de las decisiones que toma ante los eventos que ocurren a su alrededor. Todo este largo proceso sucede solo para permitirnos acumular nuevas comprensiones sobre que tipo de pensamientos, sentimientos, decisiones y acciones inducen orden en esta realidad, para acumular certezas sobre cual es la verdadera naturaleza del amor, el estado de ser neutro que sostiene ese mismo orden y todo lo que en el existe.

Mucho más adelante, cuando nos acercamos al cuarto nivel de consciencia, una vez dejamos de juzgar las decisiones y experiencias de los demás, cuando logramos permanecer centrados, serenos y en control de nuestras emociones sin importar lo que suceda a nuestro alrededor, la cosa cambia. En ese momento el universo genera las sincronicidades para que aprendamos a movernos por nuevas dimensiones de esta realidad, utilizando ya no nuestro cuerpo físico sino nuestro cuerpo astral como vehículo para nuestra mente. Ayuda a que nuestro tercer ojo se abra y comencemos a utilizar nuestros sentidos superiores.  En ese momento comienza nuestra exploración de lo metafísico, de las dimensiones más sutiles, allí nuestra alma comenzará a actuar sin las limitaciones espacio temporales, para llegar a parecerse cada vez más a nuestro espíritu. 

Posteriormente nuestro paso del cuarto nivel al sexto nivel de consciencia lo realizamos muy rápidamente, en muy pocas vidas. En ese intervalo se intensifican los viajes astrales, hasta que los limites entre nuestra alma -que experimenta- y nuestro espíritu -que permanece observando desde la neutralidad en las dimensiones superiores de la realidad- desaparecen y se funden en uno solo. Así terminará nuestra experiencia de miles de años como seres humanos y comenzará una nueva aventura como seres de luz. 

Continuará...

jueves, 9 de mayo de 2013

2-CONCLUSIONES, Primer Taller en Oscuridad,Arcobaque, Colombia




Algo tiene la oscuridad, cualquier cosa que sea, le da miedo a casi todos los niños y permanece en muchos adultos. Tal vez porque tenemos implantada la falsa creencia que es en la oscuridad donde residen el diablo y los demonios, esos símbolos inventados por la religión para representar a lo que llaman lo maligno, lo que se opone a Dios. Hoy sé que no existe un anti-dios, una entidad eterna, tan poderosa como él mismo, capaz de ponerle zancadillas y de convertir en bizarras sus intenciones amorosas. Lo que esas falsas creencias llaman maldad es solo ignorancia temporal necesaria para conducir la mente al encuentro y la comprensión de su opuesto, la sabiduría, las certezas y verdades sobre como decidir y actuar para encontrar siempre armonía en nuestra vida. Ignorancia temporal necesaria para generar sufrimiento, cuya experiencia induce a la mente -que anhela encontrar la felicidad- a buscar sus causas para impedir que se repita su manifestación. De esta manera reflexiona sobre las decisiones, acciones y conductas que provocaron ese resultado indeseado y encuentra que las causas siempre están implantadas en la propia mente: en falsas creencias que creíamos verdaderas; en falsas conductas, acidas, reactivas, animales, pasionales, competitivas, egoístas, codiciosas, controladoras y posesivas que siempre generan conflicto; en sentimientos negativos, verguenzas y culpas enquistadas, en estados de apatía, tristeza, miedo, rabia, orgullo, odio y rencor que oscurecen la vida. Al localizar y tomar consciencia de esas causas podemos trascenderlas, reemplazarlas por las verdades que ocultan y que surgen en nuestro interior como resultado de la comprensión. Así desarrollamos virtudes, dones y habilidades que producen la evolución de nuestra consciencia y la manifestación de salud, abundancia, buena compañía y felicidad en nuestras vidas.  

Sin embargo la oscuridad era para todos los que decidimos entrar en ella durante 12 días, el lugar de los miedos, la expresión de la inseguridad propia y de la desconfianza hacia lo misterioso y lo desconocido. También se asocia la oscuridad a la propia muerte, a la falsa creencia que la vida termina  quedando solo una nada profundamente oscura y vacía. Por supuesto que todas esas asociaciones crean miedo. Y el miedo crea el estrés que activa los mecanismos defensivos que reprimen todo sentimiento, pensamiento o idea asociada con lo que se teme, lo que su vez activa la generación de adrenalina, noradrenalina y cortisol, que preparan instintivamente al cuerpo físico para huir del peligro inminente y si no puede huir, entonces le suministran la energía vital para atacar. Es decir el miedo acelera, intranquiliza e impide la paz interior. 

Debido a esa inseguridad que produce lo desconocido varios de nuestros compañeros se negaron a la posibilidad de contactar con entidades en el otro lado del velo, a pesar que varios tuvieron sueños lúcidos con familiares muertos y que varios vieron un indígena en la sala, bajito de pelo largo con un collar con esferas alrededor del cuello. No logramos establecer comunicación con él, tal vez porque parte del grupo se oponía a que contactáramos desencarnados, parecía que el pensamiento que estaban muertos, que eran fantasmas les generaba un intenso miedo o un profundo respeto. Realmente no querían comunicarse con entidades de la dimensión astral de la realidad. El miedo a los “fantasmas” que habitan en el inconsciente que llamamos astral bajo, almas desencarnadas obsesionadas con la vida que abandonaron o las pasiones que dejaron atrás, revela la incapacidad para enfrentar y trascender lo que tememos. 

Al principio nos sentíamos más seguros completamente tapados con la manta de la cama, que con la cabeza al descubierto, sin buscar percibir lo que había afuera, pero poco a poco fuimos trascendiendo los miedos hasta que logramos hacernos amigos de la oscuridad, convertirla en nuestra maestra. Los tiempos acordados para mantener silencio obligatoriamente fueron creciendo, induciendo una mayor interiorización e introspección, todos nos dedicamos a la auto-observación y a evaluar imparcialmente lo vivido, a reflexionar sobre los errores cometidos y a hacer conscientes las comprensiones encontradas. Los mecanismos de defensa y auto justificación no operan como en la vida cotidiana. La ausencia de información visual simplifica los procesos mentales, libera capacidad cerebral y mental que se utiliza en aumentar la percepción de las realidades y dimensiones paralelas, en recibir una gran cantidad de intuiciones y claridades sobre lo que se debe hacer con la propia vida. Se ven claramente las limitaciones mentales y se reconocen las conductas auto destructivas  y los apegos que muchas veces disfrazamos como relaciones de amor y de compañía espiritual. La oscuridad y el silencio facilitan esos procesos y también logran que surjan y se manifiesten los miedos más profundos para probarnos precisamente cuando no podíamos hablar y buscar el consuelo de quienes nos rodeaban.  Una de nuestras compañeras siente que algo la pica en un dedo -se descubrió después cuando el personal de limpieza entró a la sala que había sido una hormiga- sin embargo en su silencio angustioso imagina que fue una araña venenosa o algún peligroso insecto que la iba a obligar a abandonar el retiro. Al escuchar su llanto le explique rápidamente que no había ningún insecto venenoso que pudiera haberla picado. Recuperado el silencio toma control de si misma y se tranquiliza luego de haber llorado un buen rato, saca fuerzas de su interior y se sobrepone. Luego nos comentó que todo el incidente y su capacidad para vencerlo, aumentó enormemente su auto estima y su seguridad interior, se convenció que podría sobrellevar cualquier reto que la vida le pusiera por delante.

Muy seguramente los cantos mantricos dirigidos por Bharati con su pequeño acordeón hindú ayudaron a ir elevando la frecuencia vibratoria y a generar un estado de serenidad, confianza y paz interior. Hubo uno que se volvió parte del día a día, terminamos cantándolo a lo latino, a tres y cuatro voces, con ecos y repeticiones inesperadas, se volvió algo que provocaba gozo y elevaba nuestra energía vital. De esta manera llegamos a sentirnos a gusto en la oscuridad a apreciar la sencillez y la intimidad que produce, hoy incluso a todos nos hace falta. 

La sensibilidad se fue incrementando a medida que pasaba el tiempo, el llanto surgía fácilmente, la espiritualidad intensificaba la manifestación de su reino en el espacio y en las mentes de todo el grupo. Nos integramos al todo experimentando una extraordinaria expansión en los limites de la mente individual y un sublime estado de agradecimiento por la auto-consciencia y por todo lo recibido de la fuente inagotable. La simplificación de la información que recibía la mente y la creciente presencia del DMT, facilitaron la meditación trascendental. Yo nunca había tenido la mente en blanco durante tanto tiempo continuo, solo necesitaba concentrarme en el constante palpitar del Om para que el proceso de abstracción de la realidad se intensificara. El no-pensamiento nos permitió disfrutar -durante un tiempo inconcebiblemente largo- del Ser. Y lo más extraordinario era que gracias a la absoluta oscuridad sin distracciones, podíamos meditar con los ojos abiertos.

Continuará...

martes, 7 de mayo de 2013

1-CONCLUSIONES, Primer Taller en Oscuridad, Arcobaque, Colombia



Por fin dispongo del tiempo para escribir las conclusiones, resultados y verificaciones de la experiencia vivida por un grupo de 9 personas durante 12 días en oscuridad absoluta. El objetivo era romper el ritmo circadiano, la ininterrumpida secuencia de día y noche de la vida normal. Buscábamos así alterar el funcionamiento de la glándula pineal, la encargada de percibir el flujo de frecuencias electromagnéticas en el medio ambiente alrededor del cuerpo, para ajustar los procesos metabólicos del organismo a tiempos de actividad y descanso esencialmente determinados por la luz del sol. Lo que nos interesaba era detener la secreción de Monoamina Oxidasa-MAO, que ocurre tan pronto sus sensores detectan la presencia de luz visible. La  oscuridad permanente inhibe su producción, lo que permite que la Serotonina y la Melatonina en el cerebro puedan transformarse en Dimetiltriptamina-DMT, una sustancia psicoactiva muy poderosa que produce un incremento en el rango de percepción de los sentidos, induce sueños lúcidos, activa la realización de viajes astrales y de profundas meditaciones trascendentales. El DMT es producido naturalmente por el organismo en el momento del nacimiento y de la muerte, para facilitar con su poderosa energía que la mente -un componente esencial del alma-, pueda entrar o salir de su vehículo físico para dirigirse a otras realidades paralelas más sutiles y no limitadas por la materia o el tiempo.  

El retiro en oscuridad requiere tener la mente abierta, dispuesta a trascender viejos paradigmas, ser curioso y escéptico, porque solo esta actitud permite verificar creencias y conocimientos, convertirlos en comprensiones a través de la experiencia. El estudio de la consciencia además es totalmente personal, es una exploración del espacio interior y esto solo puede darse por experiencia propia directa y en mi manera de verlo, desde una perspectiva científica.

La idea era vivir experiencias que se salen de lo normal, lo físico, objetivo y material para entrar en el campo de lo paranormal, metafísico, subjetivo, mental, significativo, cosmológico y espiritual. Me interesa la información, las experiencias y las comprensiones que permitan develar que soy, como es la realidad en la que existo, como puedo alterarla desde lo subjetivo y lo espiritual, cual es el propósito de mi consciencia, para que y porqué encarné utilizando esta personalidad en este lugar del universo.

Sobretodo me interesaba comprobar como las intenciones se realizan, una de ellas es experimentar un viaje astral consciente, que mi mente aprendiera a salir de mi cuerpo permitiéndome visitar y conocer lugares remotos donde existen seres más evolucionados, maestros ascendidos y seres de luz de los que podría derivar información como la que encontró -en esos sitios- mi Maestro Gerardo Schmedling. Experiencias y nueva información que permitirían a mi consciencia evolucionar, perfeccionarse. Bajo esas premisas comencé ese viaje al interior de mi mismo. El universo dispuso por sincronicidad que aparecieran los guías para esta experiencia provenientes de Alemania e India, así como los compañeros dispuestos a enfrentar y trascender sus miedos, que me ayudarían a realizarla.

Todos estábamos dispuestos a vencer las resistencias establecidas por el ego, las creencias que impulsaron a reprimir y a sepultar en un lugar donde no pudieran ser percibidas, todo lo que no se ajustara al propio modelo de como es la realidad y de como debe ser la vida en ella. Nos comprometimos a no interrumpir por 12 días la oscuridad absoluta, sin importar si percibíamos ruidos raros, movimientos extraños o sombras desconocidas más oscuras que la oscuridad misma. Era un reto que deseábamos superar a pesar que varios llegaron preguntándose si lo lograrían.  

Los dos primeros días en la oscuridad lo que causaron fue mucha risa, una risa nerviosa que explotaba en carcajadas por cualquier tontería para liberar la tensión que la oscuridad había creado en todos nosotros. La primera comida sin ver lo que ingeríamos fue toda una experiencia: a tientas localizamos todo lo que estaba frente a nosotros sobre la mesa. Los cubiertos, el vaso con un jugo, el plato con la comida a la que le metíamos un dedo para probar de que se trataba, el tazón pequeño con el delicioso postre. Hacíamos un mapa mental de su disposición en la nada, para luego probar lo que había, siempre teniendo cuidado de empujar la comida hacia el centro del plato, para que no se derramara sobre la mesa. En la oscuridad el sentido del gusto adquiere una dimensión y una importancia distinta, le permite a la mente determinar que ingiere, algo que por costumbre realiza el sentido de la vista, cuya ausencia le permitió a algunos disfrutar sin los impedimentos de sus falsas creencias, de alimentos que antes nunca hubieran probado. Los comentarios jocosos sobre como sabían las distintas cosas que probábamos y la sensación totalmente nueva de hacerlo sin un sentido fundamental totalmente focalizados en lo que experimentábamos. 

El primer baño en total oscuridad también fue una experiencia inolvidable, una extraña intimidad en la que no se ve el cuerpo en una actividad orientada precisamente en el, pero solo se define en la mente gracias a la sensación del agua caliente como una segunda piel que produce una gran caricia. La atención que se le da al presente se intensificó extraordinariamente porque de ello dependía la propia seguridad. Tenías que poner atención al lugar en que colocas las diferentes prendas de ropa que te quitas y las que traes para ponerte nuevamente después del baño. El cepillo de dientes, la pasta dentífrica, el desodorante, la toalla, sus posiciones espaciales son fijadas por el tacto, el mismo baño se construye en la mente tocando sus paredes, sientes que no hay nada a tu alrededor pero cuando extiendes la manos tus dedos tocan los limites del espacio en el que te encuentras. No se puede ser desordenado en la oscuridad, como ejercicio para tomar consciencia fue maravilloso para varios de mis compañeros. Descubres que todo está en la mente, que todo cambia cuando cambia la manera como lo percibes, que todo es relativo y subjetivo. Creemos que todos vivimos en la misma realidad, pero cada uno la percibe de manera distinta y la experimenta de manera distinta, es verdaderamente la torre de Babel, lo que tenemos en común es la torre que compartimos, que también cambia por la acción colectiva con el tiempo.

Al tercer día algunos comienzan a ver luces y destellos azules que sorprenden por su intensidad. Al cruzar los vanos de las puertas saliendo de los cuartos hacia el corredor este parecía iluminado por una luz de luna que permitía intuir las formas del espacio y la silueta de alguno de nuestros compañeros que por allí pasaba. De hecho para varios la presencia permanente de una luz azulada como de luna, permaneció arriba a la derecha en el borde del ángulo de percepción del sentido de la vista, en el lugar donde sucede la percepción periférica. Era como si hubiera una ventana inexistente y mágica que uno percibía por el rabillo del ojo aún con los ojos cerrados.

La oscuridad permite entrar al inconsciente, un lugar misterioso, desconocido y normalmente inaccesible para la consciencia, donde permanece oculto lo inaceptable. Es el lugar de los sueños, los deseos, las vivencias traumáticas, las ideas, pensamientos, motivaciones y conceptos perturbadores reprimidos por ser incompatibles con el modelo de la realidad personal y de sus creencias. Allí se encuentra lo que reprimimos, lo que el sistema de creencias rechaza o considera moralmente inaceptable. Rasgos y actitudes que el Yo no quiere reconocer como propios por ser incompatibles con su sistema de creencias, dogmas y prejuicios. Contenidos rechazados que no desaparecen, sino que al contrario van adquiriendo poder y se convierten en poderosas fuerzas ocultas opuestas al Yo, que se manifiestan explosivamente cuando la debilidad de este les da la oportunidad de desbordarse. El consciente y el inconsciente no tienen límites fijos definidos y polares, tan fundamentalistas como lo blanco y lo negro. En la oscuridad encontré que sus limites son dinámicos que se mueven transformandose uno en el otro con tremenda facilidad. Encontré luego un texto de Osho que reafirma mi impresión, en el que compara la consciencia a la pupila de un ojo, en este caso el ojo interior del alma, que se abre y se expande cuando no hay luz y se encoge cerrándose cuando esta aparece.

Rodearse del arquetipo femenino, rodearse de oscuridad, hace que surjan recuerdos de la infancia, es como si el inconsciente fuera una cajita mágica donde guardamos tesoros olvidados, sensaciones e imagenes de otras épocas que la oscuridad recaba a la mente. Surgen claros recuerdos del comienzo de nuestra vida, sensaciones en el vientre de nuestra madre, de eventos y situaciones de nuestra tierna infancia. Se facilita recordar y evaluar la cadena de relaciones importantes que se han sucedido en la vida, surgen momentos olvidados con distintas personas. En algunos surgen incluso recuerdos de otras vidas, uno de nuestros compañeros sintió que sus ojos bizcaban y que su rostro era el de un sacerdote Maya de otros tiempos. Ya no dudábamos de nada, cualquier cosa era aceptada por nuestra mente como posible. La oscuridad forza un proceso de interiorización, no hay nada afuera que llame la atención que distraiga, no hay ruidos solo el ritmo cardíaco del Om permanente producido por una caja que trajo Bharati de India, que desde la sala de estar tranquilizaba la mente.

Los sueños lúcidos se volvieron habituales, todos tomábamos nuestro turno para contarlos durante el desayuno, eran tremendamente simbólicos y disfrutábamos ayudando a decodificarlos entre todos. Algunos nos indujeron a realizar un circulo de amor alrededor de quienes necesitaban ayuda para sanar, nos impulsaban a ver las inseguridades y los deseos truncados que revelaban. Aprendimos a verlos como oportunidades para corregir desaciertos en nuestras vidas. Los procesos que originaron fueron muy sanadores. Sueños lúcidos en los que se presenciaba la muerte de un ser querido, otros en los que una abuela ya muerta dirigía la preparación de una comida para una fiesta, además lavaba el piso  y los zapatos de los invitados que llegaban con una capa de lodo bajo la suela con una manguera, para que entrarán a la casa sin ensuciar la comida servida.

Yo tuve un sueño que me pareció muy significativo. Soñé que todos los 9 miembros del grupo estábamos encadenados los unos a los otros conformando un circulo cerrado. Las cadenas que salían de cada brazo nos forzaban a estar juntos y dependientes a los unos de los otros, nos forzaban a permanecer unidos. Nos encontrábamos dentro del agua en un mar cristalino que nos llegaba más arriba de la cintura, cercanos a la playa de arena blanca que se veía en una dirección. En la dirección opuesta se veía el inmenso mar y las aguas que se oscurecían tornándose de un azul intenso, las oscuras aguas del inconsciente. Todos nos sumergíamos por turnos explorando el fondo de arena blanca que se veía clarísimo donde estábamos, yo hice lo mismo y encontré una cadenita de oro como para ponerse en la muñeca, la tomé entre mis dedos y de pronto frente a mis ojos apareció uno de esos peces de acuario, planos y grandes que tienen rayas verticales blancas y negras. El pez muere súbitamente y su cuerpo queda horizontal en el fondo del mar. Interpreté que comenzábamos a sumergirnos en el inconsciente, que por encontrarnos cerca a su orilla con el consciente, podíamos ver con claridad el fondo y encontrar tesoros sumergidos, que allí la polaridad -que llevaba el pez sobre su cuerpo- deja de existir, porque realmente todo es neutro. 

Continuará...